LA IMPORTANCIA DE LA EDUCACIÓN DESDE EL HOGAR

Los seres humanos por una naturaleza egocéntrica tendemos a mirar los errores en los demás pero no en nosotros mismos, se nos hace mas fácil mirar la vida con una lupa mas que con un espejo y esto aplica para nuestro trabajo, nuestras relaciones interpersonales, nuestros estudios, nuestra convivencia y hasta en lo que respecta la educación de nuestros pequeños. Tendemos a culpar de lo que consideramos falencias en ellos a sus docentes, a sus compañeros, a la música y hasta a la tecnología. Aunque estos aspectos tengan algún porcentaje de influencia sobre su aprendizaje, es en la zona de desarrollo próximo donde ellos adquieren la base de su crecimiento, es ahí donde ellos encuentran el ejemplo de lo que consideran correcto o no para su propia conducta.

Esta zona de desarrollo próximo se refiere a los aprendizajes directos del niño, donde son actores fundamentales las personas a cargo y los maestros. Hoy, nos vamos a enfocar en el hogar, en ese lugar donde el niño construye las bases para sus próximas relaciones sociales, su desarrollo cognitivo y desarrollo físico, para su desempeño ético y moral dentro de la sociedad a la que pertenece y lo que lo hará un ser sólido para sus experiencias futuras. La importancia de la educación en el hogar es independiente del contexto y de las posibilidades en las cuales crezca cada uno de nuestros pequeños ya que toda la educación que les brindemos independientemente de quien seas, donde vivas, cual sea tu edad, tu religión, tu raza o tu país, debe ser a favor de su bienestar. Como seres dependientes, ellos se guiarán de tu actuar ya que te ven como un adulto referencia y de ti dependerá lo que ellos a medida que pase el tiempo se sentirán orgullosos de hacer.

Muchos de las problemáticas que se ven hoy en día en los adultos tienen un origen en su infancia, ya sea por una carencia o por un exceso. Partiendo de esa base, no podemos ser ajenos a que todo lo que hagamos, todo lo que enseñemos y hasta lo que digamos va a incidir en un mundo adulto, en el mundo adulto de ese pequeño. Uno cree que no, pero ellos todo lo ven, todo lo escuchan y todo lo absorben de una manera muy rápida, así que como adultos responsables debemos sentir y apropiarnos de esa responsabilidad educativa con los niños, pensar antes de actuar y no dejar que esta recaiga solo en la institución educativa, ya que aunque esta cumpla un papel indiscutiblemente importante, su función a nivel personal es complementar la formación base del niño.

Muchos de ellos parecen grandes, mayores a lo que dice su edad, con un pensamiento más avanzado, son más pilos y hasta mas atentos, pero eso no quiere decir que estén en etapas posteriores a la que pertenecen. Los adultos debemos respetar las etapas de desarrollo de nuestro pequeño, esas cualidades que mencionaba anteriormente no significan madurez, así que no se debe cometer el error de exigirle que se comporte como un adulto o que comparta tu ser racional o emocional porque su desarrollo va de acuerdo a su edad, y su mente será aun más fantasiosa y más libre de prejuicios que la nuestra. Solo para que lo tengan en cuenta, estos seres increíbles no planean, léase muy bien, NO planean… solo experimentan, exploran y son curiosos así que no debemos castigarlos porque nos sorprendan o porque hagan las cosas diferente a como nosotros queramos, si lo que han hecho a nuestro criterio no es lo correcto estará mejor decirle que hay mejores maneras de hacerlo y no que esta mal (si todo el tiempo le repetimos que esta mal, en ese momento no contribuimos al bloqueo su creatividad).

Por otro lado, los niños perciben las emociones de la mamá desde que están en la barriguita y nacen con una serie de emociones predeterminadas que si evolucionan en su zona de desarrollo próximo se consolidarán como su personalidad o su carácter, debemos comprender que ellos son seres genuinos y recién llegados al mundo, no podemos esperar que se desenvuelvan como lo haríamos nosotros. Todos fuimos niños y tuvimos que pasar por la infancia para llegar a donde estamos, si creen que hay algo que pueden aportar para su aprendizaje, háganlo siempre pensando en como le va a aportar ese algo a su vida futura.

El entorno forma pensamientos, así que independiente de nuestro entorno formemos pensamientos en el niño siempre pensando que aún son seres dependientes y que quien lo rodea debe como prioridad pensar siempre en su bien. No lo olvides, si lo amas, lo consientes, le pones normas, haces acuerdos, le juegas, le sonríes, lo abrazas, conversas con él, incidirá en su desarrollo y se reflejará en su vida adulta, si lo lastimas, lo insultas, lo gritas, lo agredes, lo ignoras, lo violentas o lo sobreproteges, también dejarás su huella en él. Esta en ti decidir que tipo de huella decides dejar en su vida, su educación no es responsabilidad solo de los demás, la formación en el hogar es indispensable e irremplazable.

Dejemos de culpar a otros y utilicemos el espejo para hacer una evaluación introspectiva y descubrir qué podemos hacer nosotros por ellos y no esperar a que otros lo hagan, no es broma cuando dicen que el desempeño de las futuras generaciones dependen de los adultos.

DANIELA ESCOBAR FLOREZ